La piel seca no “aparece y desaparece”. La piel seca es una afección
constante y permanente causada por la falta de lípidos. Pero quédate
tranquila: es totalmente posible cuidarla con acciones específicas. Se
deben determinar las causas exactas de la piel seca. Te ayudamos a
entenderlo mejor.
Sensación de tirantez y picazón. Ligera descamación,
piel menos suave, tez más apagada. Todos estos son signos típicos
de piel seca. Pero, ¿de dónde proviene? La primera causa es
la genética. Se la llama piel seca constitucional (o innata) que
produce naturalmente poca cantidad de lípidos.
Además, algunas afecciones cutáneas tienden a resecar la piel.
Uno puede pensar inmediatamente en el eccema (o dermatitis atópica)
o en la psoriasis. Tienes razón. Pero eso no es todo. La ictiosis
hereditaria es una afección genética que se caracteriza por
una piel áspera, extremadamente seca, y una descamación
excesiva.
Por último, otras enfermedades como la diabetes o la insuficiencia
renal aumentan la predisposición a la piel seca.
Determinados factores, aunque no son estrictamente responsables de la
sequedad de la piel, contribuyen en gran medida a que se produzca. Esto se
llama “piel seca extrínseca”. ¿Cuáles son
los elementos que resecan la piel a diario?
El lavado frecuente y los jabones irritantes también dañan
la película hidrolipídica de la piel
La ropa demasiado áspera, en contacto directo con la piel, también
puede resecar la epidermis
Tabaco
Y, por supuesto, las condiciones ambientales. Las condiciones climáticas,
como el aire frío y seco o los rayos UV, afectan directamente la
hidratación de la piel.
Otros factores, que no necesariamente se tienen en cuenta, pueden
causar sequedad en la piel, como los cambios hormonales.
Embarazo
El embarazo es una época de cambios hormonales. Durante el
embarazo, estas variaciones pueden provocar diversos cambios en el
organismo, como la pérdida de humedad de la piel. Como
resultado, tu piel puede volverse más incómoda y
sensible.
Otros cambios hormonales están relacionados con la edad,
especialmente durante la menopausia. Estos cambios pueden
ralentizar la actividad de las glándulas sebáceas
(que producen sebo) y las glándulas sudoríparas (que
segregan sudor). La piel no está tan bien hidratada y se
vuelve más seca y áspera.
Sean cuales sean las razones de la sequedad de tu piel, ya sea en el
rostro o en el resto del cuerpo, es importante que adoptes una rutina
de cuidado de la piel adecuada. Comienza con una limpieza suave
utilizando cosméticos sin jabón y, luego, aplica un
tratamiento nutritivo por la mañana y por la noche, así
como una exfoliación semanal para quitar las células
muertas de la piel.
Recuerda adaptar tus hábitos diarios:
Dúchate en lugar de bañarte y evita el agua
caliente
Beber al menos un litro y medio de agua al día
Protégete del sol y del frío
Enriquece tu dieta con ácidos grasos esenciales (Omega 3 y
6, que encontrarás en el pescado azul, el aceite de colza,
las semillas oleaginosas, etc.).
Piel seca: efecto secundario de algunos medicamentos
Por último, de nuevo no
siempre pensamos en ello, pero algunos cuidados también
resecan la piel considerablemente. La isotretinoína, por
ejemplo, en el tratamiento del brote, pero también los fármacos
contra el cáncer, ciertos diuréticos, medicamentos
para trastornos de próstata o medicamentos tópicos
que contienen alcohol. En caso de que los síntomas
persistan, no dudes en consultar a un médico o dermatólogo.
Pueden determinar la causa de tu piel seca, aconsejarte (por
ejemplo, adaptarán tu tratamiento si tu piel seca está
asociada a la medicación) y sugerirte tratamientos adecuados
para reconfortar tu piel seca.
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