¿Acabas de probar un nuevo producto cosmético y tu piel empieza a arder? ¿Estás en el transporte público, en la oficina o con amigos, y de repente aparece enrojecimiento en tu rostro?
Tu piel acaba de reaccionar ante un agresor. Estas sensaciones son una verdadera molestia para las personas con piel intolerante e hiperreactiva. Sobre todo, porque estas reacciones son imprevisibles. Para calmar
rápidamente esta irritación, puedes adoptar algunas prácticas sencillas.
¿Qué ocurre si esta barrera deja de cumplir su función?
Cuando la barrera cutánea se debilita, su función protectora se ve debilitada y deja de ser capaz de mantener unos niveles de hidratación adecuados. Además, puede producirse hinchazón
de la piel debido a una reacción de las neuronas sensoriales cutáneas, responsables de la hipersensibilidad.
Entonces, la piel reacciona a todo. Parece desamparada. Tiene un umbral de tolerancia más bajo y reacciona de forma anómala a presiones muy leves, como las variaciones de temperatura, la contaminación,
el estrés y las emociones. En concreto, esta sensibilidad se manifiesta en forma de enrojecimiento recurrente y sensaciones desagradables como hormigueo, tirantez o sofocos que tus productos cosméticos
hidratantes habituales no consiguen calmar.
¿Cómo se protege y refuerza la barrera cutánea?
El agua termal de Avène tiene el poder de calmar la piel sensible de forma natural. Su escasa mineralidad y la presencia de sílice le confieren una suavidad excepcional.
Además de su distintivo de minerales, el agua tiene una microflora única, que se ha utilizado para desarrollar ingredientes activos postbióticos antipicazón, reparadores y calmantes. Todo
eso actúa conjuntamente con nuestras propias células para reforzar la barrera cutánea y, en general, el equilibrio de nuestra piel.
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