Piel seca, rojeces... El eczema puede afectar a todas las partes del cuerpo.
Las zonas afectadas varían de una persona a otra. Su localización también
depende del tipo de eccema. El eczema atópico afecta a ciertas zonas en
particular, dependiendo de la edad. En el caso del eccema de contacto, la
zona afectada será la que haya estado expuesta a un alérgeno. He aquí un
resumen.
El eczema atópico aparece generalmente cerca de los tres meses de
edad y se desarrolla en brotes más o menos regulares que coinciden
con la dentición y las infecciones nasofaríngeas. Las
lesiones adquieren el aspecto de pequeñas manchas rojas.
En
los bebés menores de un año, este eccema afecta,
principalmente, de forma simétrica, a las partes abultadas del
rostro, como la frente, el mentón y las mejillas. Algunas veces,
también las piernas, los brazos y los pliegues del cuello. En
cambio, la nariz y las nalgas se salvan en su mayoría.
Después,
entre el año y los dos años de edad, las manchas de eccema
abandonarán estas zonas abultadas y se localizarán en los
pliegues de los codos y las piernas, detrás de las orejas, en la
cabeza y el cuello.
Desde los dos años hasta la adolescencia, las lesiones del eccema atópico
adquieren un aspecto blanquecino. Migran a diferentes zonas del rostro: los
párpados, alrededor de la boca o detrás de las orejas, pero
también en el pliegue de los codos, en el dorso de las rodillas, las
manos, las muñecas y los tobillos.
Ten en cuenta que, en la mayoría de los casos, el eccema atópico
tiende a desaparecer en la adolescencia.
¿Las manchas están muy localizadas? ¿En el pecho,
alrededor del ombligo, en medio de la espalda? Entonces puede ser una
alergia a las sustancias de una crema, o al níquel de la hebilla del
cinturón o del cierre del sujetador. Se trata de un eccema de
contacto: la piel reacciona a un alérgeno específico.
Si, por el contrario, tu piel es generalmente seca y sensible, y aparecen
manchas rojas en otras partes del cuerpo, es más probable que se
trate de un eccema atópico.
Eczema atópico: ¿qué
zonas se ven afectadas en los adultos?
Alrededor del 10 % de las personas siguen padeciendo eccema atópico
en la edad adulta. En este tipo de afección de la piel, las
manchas son rojas, gruesas y con aspecto de liquen. Las localizaciones
son diferentes a las del eccema atópico infantil. Las manos y el
rostro, sobre todo los párpados, son las más afectadas,
así como los grandes pliegues (pliegue del codo, parte posterior
de las rodillas).
“Cuando tenía unos 18 o 20 años, mi eccema desapareció. Sin embargo, tengo un
eccema que ha vuelto a aparecer en la mano. Tengo 38 años, pero mis manos
parecen las de una mujer de 70 años”.
Carole
Eczema: el
trío ganador de las terapias
Sea cual sea la localización del
eccema atópico (rostro, manos, brazos, piernas, etc.), la
terapia se basa, sobre todo, en la atención localizada. El
primer paso es una higiene suave y adecuada para evitar una mayor
sequedad e irritación de la piel.
El médico puede recetar medicamentos
para calmar la irritación (crema dermocorticoide). La terapia básica,
que consiste en la aplicación diaria de un emoliente, tiene como
objetivo combatir la sequedad de la piel y restaurar su función
de barrera.
Por último, las alternativas al
rascado pueden ayudarte a controlar el picor.
Lo que se conoce como eccema de contacto es en realidad una alergia. El
contacto de la piel con un producto u objeto puede desencadenar una
reacción inflamatoria. Este eccema se manifiesta con lesiones
cutáneas (ampollas) y picor (prurito). Las zonas donde aparece
el enrojecimiento corresponden a la zona de contacto con el alérgeno.
Esta es una pista real sobre la causa de la alergia.
La prevención de las recaídas
del eccema de contacto se reduce a evitar el alérgeno. Pero esto
no siempre es fácil. Especialmente, si te expones en un contexto
profesional. En este caso, la protección de la piel (guantes,
ropa de protección... sin olvidar el uso de cremas protectoras
como Avène Cicafalte para manos) permite reducir el riesgo.
Recuerda mantener una rutina de higiene suave con un limpiador sin jabón
y una buena hidratación con un emoliente.
Terapias para el eccema de contacto
Eczema de contacto: puede afectar a todas
las partes del cuerpo
El cuero cabelludo, las orejas, los labios, el cuello, las axilas, el
abdomen, la espalda, las manos, los pies... Cualquier parte del cuerpo
puede verse afectada por el eccema de contacto.
En nuestra vida
cotidiana, los alérgenos tienen cuatro orígenes principales.
Origen de la ropa: los tintes de la ropa, el cuero, el pegamento o la goma
de los zapatos o los accesorios de níquel (hebilla del cinturón,
botones del pantalón, pendientes, etc.) están entre los más
frecuentes.
Los cosméticos son otra fuente: perfume, shampoo, desodorante, tinte
para el cabello, esmalte de uñas, etc.
Los medicamentos
aplicados sobre la piel, como los antisépticos o las cremas
antinflamatorias, ocupan el tercer lugar, seguidos de los alérgenos
de entornos profesionales.
Esto es cierto. Algunas alergias de contacto pueden
originarse en las manos. ¿Un ejemplo? Esmalte de uñas
que puede no haber causado una reacción en los
dedos, pero que puede desencadenar una alergia en otra
zona, por ejemplo, en los párpados, el rostro y el
escote.
Es cierto. Después de años de usar el mismo
perfume o de lavarse con el mismo gel de ducha, puede
producirse una reacción alérgica repentina...
De hecho, existe un periodo de latencia entre la primera
exposición a la sustancia alergénica y la
aparición de los síntomas. Este periodo puede
oscilar entre unos días y varios años. En
otras palabras, puedes volverte repentinamente alérgico
a un producto que no ha causado ningún problema
hasta ahora.
Falso. La falta de higiene no tiene nada que ver con el
desarrollo del eccema. Por otro lado, lavarse demasiado o
con productos que contengan irritantes puede desencadenar
brotes.
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